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Siguiendo con el post anterior, en este artículo quiero explicarte algunos de los datos más importantes que podemos medir con nuestro sensor de potencia.
Potencia
Este es el valor más importante y el principal motivo por el cual adquirir un potenciómetro. Como vimos en la primera parte de este artículo, la potencia es la velocidad de la zancada multiplicada por la fuerza con la que nos impulsamos contra el suelo y es una medida de la intensidad de nuestro esfuerzo de forma directa.
Es importante esto último, la potencia es un indicador del esfuerzo directo, a diferencia de la frecuencia cardíaca (FC) que es una respuesta de nuestro organismo a cómo percibimos el esfuerzo y puede verse alterada por multitud de factores (cansancio, alimentación, hidratación, excitación, humedad, temperatura, deriva cardíaca…). Por esto la FC nunca será un valor confiable de cómo es el esfuerzo que estamos realizando. Ojo, esto no quiere decir que hay que desechar la FC para siempre, de hecho la combinación de potencia y frecuencia cardíaca nos da información muy valiosa de los procesos que sufre nuestro cuerpo, por ejemplo deshidratación o falta de nutrición.
Si estás acostumbrado a gestionar el esfuerzo por ritmo, la potencia también puede ayudarte a gestionar mejor los esfuerzos cuando se trata de recorridos con desnivel o días de mucho viento, donde el ritmo se va a ver afectado pero puedes mantener la potencia constante.
Running Stress Scores
Running Stress Scores (RSS) es una métrica diseñada para cuantificar cuanto hemos entrenado en cada sesión. La traducción sería Puntuación de la Carga de Carrera. Y se calcula de la siguiente manera:
RSS = 100 x tiempo de entrenamiento x (Potencia / CP)K
CP es la potencia crítica, es decir, la potencia media máxima que un corredor puede mantener en estado cuasi estable sin fatigarse. El coeficiente K se introduce porque diferentes niveles de intensidad estimulan diferentes adaptaciones fisiológicas. Por último, el tiempo es la duración del entrenamiento que se mide en segundos.
Este número nos ayuda a planificar los entrenamientos, cuantificando la carga de entrenamiento a la que estamos sometiendo al cuerpo. De esta forma un entrenamiento de una hora a intensidad de potencia crítica tendría un valor de RSS de 100, mientras que una hora corriendo suave estará entre 40 y 50.
Analizando y ponderando el RSS diario de nuestras sesiones, podemos determinar cual es nuestro estado de forma y si estamos listos para un entrenamiento exigente o si por el contrario es más conveniente hacer una sesión suave.
En la primera parte de la gráfica no hay entrenamiento, luego se aprecia como las diferentes sesiones puntúan según el RSS.
Efectividad de carrera
Esta es una de las métricas más interesantes que nos da Stryd y que nos ayuda a mejorar como corredores. La efectividad de carrera es el ratio entre velocidad y potencia de una sesión de entrenamiento o de una serie, y se calcula dividiendo la velocidad en metros por segundo de dicho intervalo por la potencia en vatios partido por kilos (el peso del corredor):
Efectividad de carrera = (m/s) / (W/kg)
O una forma más simplificada de esta fórmula:
Efectividad de carrera = v*m / P
Este valor nos ayuda a analizar como evoluciona nuestro rendimiento a medida que hacemos más sesiones, la mejora puede venir de dos maneras diferentes para un mismo recorrido:
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- Más velocidad para los mismos vatios.
- Misma velocidad para menos vatios.
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Cuanto mayor sea esta relación, mayor será la velocidad que podemos desarrollar por cada vatio que exprimimos. Todo este rollo de los vatios no debe hacernos perder de vista lo importante: la velocidad. Lo que buscamos con el entrenamiento es ser más rápidos, las carreras las gana el más rápido. Siempre. No el que más vatios mueve o el que tiene mejor efectividad de carrera. Pero sí que es importante hacer un seguimiento de nuestra efectividad para ver como evoluciona y, si estamos mejorando, o no. Por ejemplo si para un mismo recorrido conseguimos la misma velocidad que hace un mes pero con menos vatios significa que nos estamos volviendo más eficientes y que aprovechamos mejor los recursos, y eso es una mejora sustancial.
También es interesante rastrear como ha evolucionado la efectividad de carrera dentro de una misma sesión, ya que si este cae mucho significa que está apareciendo la fatiga, entonces debemos actuar realizando entrenamientos específicos para retrasar su aparición.
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